sexta-feira, 9 de janeiro de 2009

“Todo el Cuerpo”de Cristo en la tierra

(Efesios 4:16)


¿Enseña la Biblia iglesias locales independientes, o la unidad práctica de “todo el Cuerpo” en la tierra?

Introducción

Algunas veces en la Escritura la palabra “cuerpo”, en relación con el Cuerpo de Cristo, se emplea para describir algo que no se refiere a la iglesia local, y que no incluye a los santos pertenecientes al Cuerpo que están con el Señor en el cielo.

Mientras que la palabra “asamblea” (gr.: ekklesia) se usa a menudo con referencia a algo que es local, esta misma palabra también se usa para describir algo en la tierra que es más amplio que la asamblea local pero que no incluye a los santos que están ahora con el Señor.

Los que niegan que la Escritura utilice los términos “iglesia” y “Cuerpo” en este sentido más amplio que la simple reunión local, son aquellos que sostienen la errónea doctrina de la independencia local de las asambleas.

Pero, en realidad, la Palabra de Dios utiliza la expresión “la asamblea de Dios” no solamente para designar la reunión local de los santos en un determinado lugar, sino también con el significado de la asamblea de Dios en la tierra, de la cual la asamblea local no es más que una expresión, una representación del conjunto en el lugar donde está reunida. El hecho de que la asamblea local constituye una expresión de toda la asamblea en la tierra, indica que la asamblea de Dios en la tierra no es considerada como un agregado se asambleas locales. Obsérvese que en la Escritura la palabra “miembros” siempre se emplea en relación con el Cuerpo y con la Cabeza. No encontramos en ninguna parte de la Biblia la idea de ser “miembros de una iglesia local”. Revisaremos a continuación algunos puntos en relación con estas verdades.

Mateo 16:18

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).

Todos en general reconocen que este pasaje se refiere a la obra de Cristo y, por lo tanto, habla de lo que es verdadero, y no incluye la profesión falsa de la Cristiandad. Es lo que Cristo hace, y no lo que el hombre, con su infidelidad, ha hecho de lo que se le ha confiado a su responsabilidad.

En el tiempo presente, parte de Su iglesia está en la tierra, y parte en el cielo. Se objeta que la Escritura no habla de ese modo, es decir, como de una parte en la tierra y otra parte en el cielo. Pero si miramos con detenimiento este pasaje, entenderemos primeramente que los creyentes en la tierra forman parte de esta asamblea de que aquí se habla. En segundo lugar, el pasaje deja lugar para aquello que veremos más adelante, a saber, que la Escritura presenta, de hecho, una vista de la asamblea entera en la tierra.

Mateo 18:20

“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).

Este pasaje tiene en vista a la asamblea local. Pero sus repercusiones abarcan mucho más de lo que es puramente local, aunque éste no es ahora nuestro tema.

1.ª Corintios 15:9 y Gálatas 1:13

“Perseguí a la iglesia de Dios” (1.ª Corintios 15:9)

“Perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba” (Gálatas 1:13).

¿Qué era lo que Pablo asolaba? Él dice que era “la iglesia de Dios”. Pablo llevó a cabo esta persecución en muchos lugares (Hechos 26:11). Las palabras “la iglesia de Dios” se aplican aquí a algo que es más amplio que una asamblea local, pero que no incluye a los santos de la iglesia que ya están con el Señor. Algunos creyentes ya habían muerto cuando Pablo perseguía a la Iglesia de Dios (o sea, que ellos estaban ya en el cielo). Los cristianos que estaban en el cielo, claramente no eran perseguidos allí. De modo que la Palabra de Dios usa la expresión “la asamblea de Dios” para describir algo que no es la iglesia local y que Pablo perseguía en la tierra, aun cuando ya había cristianos muertos en el cielo, donde no podían ser perseguidos.

Ante este hecho, algunos han suscitado una objeción como ésta:

«Cristo estaba en el cielo cuando dijo a Pablo ‘¿Por qué me persigues?’ Por Mateo 25:40-45 vemos que cualquiera que persigue a un cristiano, persigue a Cristo, y como todos los creyentes son miembros de Su cuerpo, el que persigue a un cristiano, persigue a todos. Tal es la unidad del cuerpo, indivisible (1.ª Corintios 12:26). En este sentido Pablo persiguió a la Iglesia, no es que Pablo persiguiera a cada miembro vivo en la tierra. 1.ª Corintios 15:9 y Gálatas 1:13 significan que el Cuerpo era una unidad, y que cuando él perseguía a un miembro, perseguía todo el Cuerpo. No viene al caso que algún miembro particular estuviese en la tierra o en el cielo.»

Se puede contestar a esto que en cuanto a ovejas, cabritos y hermanos en Mateo 25:31, etc. se refiere al juicio de las naciones vivas previas al Milenio, y los “hermanos” allí mencionados son el remanente creyente de Israel. La relación de Cristo con el remanente no es la misma que la relación de la Cabeza con los miembros del un Cuerpo.

Cristo estaba en el cielo cuando Pablo persiguió a la Iglesia; pero el punto principal es dónde se hallaba localizada la iglesia que Pablo perseguía, no dónde estaba la Cabeza. No tiene importancia para el tema que tratamos dónde estaba Cristo. La Escritura afirma que la Cabeza es perseguida cuando los miembros en la tierra son perseguidos, pero no dice en ninguna parte que los miembros en el cielo (es decir, no la Cabeza en el cielo) sean perseguidos cuando lo son los miembros en la tierra.

Cuando Pablo perseguía a un miembro, perseguía a “todo el cuerpo” visto en la tierra como algo más grande que una asamblea local pero que no incluye a los santos que ya están en el cielo. Esto es así porque no se puede decir que Pablo persiguió a los santos en el cielo, sino sólo a los santos en la tierra, a los que la Biblia llama “la iglesia de Dios”. No se puede negar este gran hecho expresado por el apóstol. Y el hecho de que los santos en el cielo no son perseguidos ni sufren, y que la Escritura presenta algo en la tierra más extenso que una iglesia local, está en conflicto con la errónea doctrina de iglesias independientes.

1.ª Corintios 12:26

“De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él” (1.ª Corintios 12:26).

De particular importancia es 1.ª Corintios 12:26. ¿Se aplica este versículo a los miembros del cuerpo en el cielo? En otras palabras, cuando Pablo escribió que si un miembro en la tierra sufre, luego todos los miembros sufren, ¿sufría el mártir Esteban en el cielo? No. La verdad que declara esta Escritura es que si un miembro sufre, luego todos los miembros sufren con él. Y puesto que los santos en el cielo no sufren cuando un miembro en la tierra sufre, 1.ª Corintios 12:26 sólo puede significar el cuerpo en la tierra (“todo el cuerpo”, Efesios 4:16). La consecuencia es que la Escritura presenta al cuerpo de Cristo, “todo el cuerpo”, aquí en la tierra en actividad.

1.ª Corintios 12:28

En este mismo capítulo la Escritura también nos presenta una vista de la Iglesia en la tierra:

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1.ª Corintios 12:28).

Así pues, 1.ª Corintios 12:28 trae ante nosotros a la asamblea en la tierra en la cual Dios ha puesto apóstoles, profetas, maestros, etc. Y deja ver que esta referencia a la Iglesia no es hecha con respecto a una asamblea local ni a algo que incluya a los santos en el cielo. Es la Iglesia de Dios en la tierra, la “iglesia de Dios” que Pablo perseguía; y es una enseñanza de la Biblia que por lo general no se acepta.

Efesios 4:16

“De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Efesios 4:16).

La fuerza de las palabras “todo el cuerpo” (gr.: pan to soma) nos dice que cada una de las partes, o sea, “cada miembro” realiza su propia actividad para el crecimiento del cuerpo.

Al igual que las Escrituras citadas anteriormente, Efesios 4:16 se refiere a algo en la tierra que está ocupado en su actividad, esto es, el cuerpo en la tierra. La verdad directamente obvia de este versículo contradice la negación de que la asamblea de Dios sea considerada como un solo cuerpo en la tierra, que no incluya a los santos en el cielo. Su explícita y llana declaración no es una interpretación que se le añada a la Escritura.

Esta Escritura también contradice el sistema de independencia de asambleas, hablando de “todo el cuerpo” en actividad, lo cual no puede incluir a los santos en el cielo, y sólo puede referirse —y claramente lo hace— al cuerpo en la tierra. El versículo se refiere a “todas las coyunturas” en actividad “según la actividad propia de cada miembro”. Es el cuerpo activo, “cada miembro” del mismo que trabaja. De nuevo, esto no es una interpretación, sino lo que el texto declara de forma llana, lo cual se ha de aceptar o rechazar. Es evidente, en presencia de lo que declara, que la expresión “la actividad propia de cada miembro”, sólo puede significar aquí en la tierra, y no en el cielo.

Qué simple es ver realmente que 1.ª Corintios 12:26 se relaciona con esta Escritura: “Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él.” Es el mismo cuerpo en la tierra. Ninguno de estos pasajes contradice el hecho de que haya otro aspecto del cuerpo visto en su plenitud, en la gloria. Cada Escritura es perfecta en su lugar. Y estos pasajes que hemos visto también tienen su aplicación práctica a pesar de nuestros fracasos.

“Así también Cristo” (1.ª Corintios 12:12)

El tema es muy amplio, y sólo mantendremos un resumen. Veamos someramente un pasaje más.

“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” (1.ª Corintios 12.12).

Éste es el mismo cuerpo que el que sufre tal como lo enseña 1.ª Corintios 12:26. No se refiere a los santos en el cielo. Es el cuerpo en la tierra y la Cabeza en el cielo, visto como el “Cristo”. La Escritura no considera a los santos en el cielo participando de la presente actividad del cuerpo.
La Escritura presenta una vista del cuerpo en su actividad sobre la tierra, lo cual afecta nuestra responsabilidad de dar expresión a esta verdad de Dios en la práctica.

Laodicea y Tiatira

Por último, respecto de Laodicea y Tiatira, algunos sostienen la independencia de iglesias locales basados en que cada asamblea es considerada por separado. Escapa a la brevedad de este tratado, una consideración a fondo de este tema (pueden consultar la Nota 12 al final de la obra «El paso que di», respecto de la asociación con el mal y su acción contaminante). Para citar a J. N. Darby en su obra «Pensamientos sobre el Apocalipsis» (1845):

«Y si Él caminaba entre los candeleros juzgándolos, es claro que lo que él habría de juzgar no eran los candeleros como tipo divino de lo que eran en el pensamiento de Dios. Los candeleros eran la idea que Dios tenía de ellos. La Palabra señala “las cosas que son”, esto es, lo que el hombre ha hecho realmente de ellos en la tierra. Cristo traía en juicio lo que el Espíritu veía para tratar con lo que el hombre había producido» (Collected Writings 8:25).

Como conclusión podemos decir que las Escrituras enseñan la responsabilidad local, pero no la independencia [1].

R. A. Huebner
1999
NOTAS

[1] N. del T.— La cuidadosa lectura del Nuevo Testamento revela que hay una sola Iglesia de Dios en la tierra, un solo cuerpo de Cristo, una sola casa de Dios que consiste de todos los verdaderos creyentes que viven sobre la tierra (Gálatas 1:13; Efesios 4:4 y 1.ª Timoteo 3:15). Y decimos «sobre la tierra», porque capítulos enteros de la Palabra tales como Romanos 12, 1.ª Corintios 12 y Efesios 4 hablan claramente de un solo cuerpo como un organismo capaz de funcionar en la tierra.

Las asambleas locales de que habla la Palabra, son expresiones o representaciones locales del un cuerpo de Cristo y de la una casa de Dios, que abarca a todos los creyentes de una determinada localidad (1.ª Corintios 1:1-2; 12:27). Nunca la Escritura habla de ser miembro de una iglesia o congregación local, sino que reconoce más bien una sola condición de miembro en el cuerpo de Cristo en su conjunto (cf. 1.ª Corintios 12:27-28). Estos pasajes también muestran claramente que los incrédulos no pueden formar parte de la asamblea.

Pasajes tales como Juan 11:52; Efesios 2:14-16, 1ª Corintios 12:13, etc., muestran que el
pensamiento de unidad de todos los hijos de Dios y miembros de este un cuerpo (junto con el deseo de comunión con todos los fieles creyentes, Hechos 2:42) es conforme con el sentir de Cristo, quien murió por esta unidad, y con la acción del Espíritu Santo que descendió a la tierra para formarla, todo lo cual llama a los cristianos a realizar de forma práctica esta unidad y a guardarla (Efesios 4:1-3). En el partimiento del pan, los hermanos dan expresión práctica de esta unidad simbolizada en el solo pan que es partido (1.ª Corintios 10:16-17), y las asambleas locales manifiestan también esta unidad del cuerpo en su comunión y en el ejercicio de la disciplina (Romanos 16:1; 1.ª Corintios 5:12-13). Si bien la unidad del cuerpo es un hecho, la unidad del Espíritu es algo que se debe guardar, lo cual se lleva a cabo prestando atención, en el ejercicio de la comunión, a los propósitos y objetivos del Espíritu Santo en la formación del cuerpo de Cristo y en el mantenimiento de esta unidad, así como guardándose uno mismo en separación de todo mal (Efesios 4:1-6; 2.ª Timoteo 2:19-22).

En asuntos de disciplina, la Escritura hace hincapié en la responsabilidad local delante del Señor (Mateo 18:18-20; 1.ª Corintios 5:13). Sin embargo, cada asamblea actúa como una expresión del un solo cuerpo de Cristo, como una representación de toda la casa de Dios. Este principio se halla ilustrado por las admoniciones que el apóstol Pablo da a los corintios desde afuera: Era la responsabilidad de la asamblea local consumar el acto de “poner fuera” (1.ª Corintios 5). Sin embargo, 1.ª Corintios 5:4, “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo”, por ejemplo, excluye inequívocamente el pensamiento de independencia. Si una asamblea local actúa “en el nombre del Señor Jesucristo” cuando “ata y desata” en la tierra (Mateo 18:18), el alcance de esta acción es el mundo entero, y no se limita a la esfera local meramente. No actúa, pues, como una entidad independiente de otras asambleas, sino como una representativa expresión de la Iglesia de Dios en la tierra, de la Casa de Dios autorizada por la presencia del Señor y como expresión representativa del un solo Cuerpo de Cristo; ella actúa, pues, en nombre de la entera casa de Dios, en nombre del entero Cuerpo de Cristo en la tierra (1.ª Corintios 12:27).

quinta-feira, 1 de janeiro de 2009

O Castigo Temporário dos Crentes- Arcadio Sierra Díaz

Extraído do Livro "Os Vencedores e o Reino Milenar" que está sendo traduzido para o Português pelos irmãos da cidade de Alegrete-RS; Em breve estará disponível para download.

Não somos salvos por obras, mas não podemos ter participação no reino vindouro senão pelas obras. Todas as nossas obras de agora como filhos de Deus serão examinadas. Quando o Senhor vier julgar nossas obras, sejam boas ou sejam más; e de acordo com as Escrituras, tem várias categorias de crentes derrotados, logo também há variação em relação ao castigo dispensacional milenar, a saber:

Trevas exteriores. Por exemplo, alguns não tem pecados não resolvidos, esse não é o problema deles; mas ainda assim não trabalharam adequadamente, foram descuidados, ou não obedeceram os princípios para a edificação da casa do Senhor,e se fizeram algo, o fizeram conforme a sua própria vontade humana; estes irão para as trevas exteriores; não terão parte nas festas de bodas do Cordeiro, e estarão fora da resplandecente glória do reino, cheios de remorso e sentimento de culpa. Consideremos alguns versículos. Diz Mateus 8:11-12:

"11 Digo-vos que muitos virão do Oriente e do Ocidente e tomarão lugares à mesa com Abraão, Isaque e Jacó no reino dos céus.12 Ao passo que os filhos do reino serão lançados para fora, nas trevas; ali haverá choro e ranger de dentes".

Ainda que aqui se refere particularmente aos judeus, entretanto, nos serve para sustentar que fora da resplandecente glória do reino dos céus haverá trevas, onde muita gente salva será disciplinada, onde haverá remorso e terrível dor por não haver feito as coisas bem, o qual é diferente do ser lançado no lago de fogo. Ser lançado nas trevas exteriores não significa que a pessoa pereça eternamente, mas que é castigada dispensacionalmente; o crente é desqualificado e por não haver vivido uma vida vencedora por meio de Cristo, não pode desfrutar do reino durante o milênio. Diz em Mateus 22:13:
" Então, ordenou o rei aos serventes: Amarrai-o de pés e mãos e lançai-o para fora, nas trevas; ali haverá choro e ranger de dentes".
Todo crente é chamado, mas poucos são escolhidos para receber una recompensa; só o que vencer recebe recompensa. Também ao final da parábola dos talentos, o servo inútil é lançado nas trevas de fora. "E o servo inútil, lançai-o para fora, nas trevas. Ali haverá choro e ranger de dentes" (Mt. 25:30). Aqui se vê que não se julga a salvação do crente, a qual não é por obras, mas que se trata do juízo da fidelidade do servo frente à obra do Senhor. É um castigo temporal para um servo salvo do Senhor.

Açoites. Em Lucas 12:35-40 vinha a Palavra falando do servo vigilante; de pronto, nos versículos 41-48, fala da outra cara da moeda, os servos negligentes, assim:

" 41 Então, Pedro perguntou: Senhor, proferes esta parábola para nós ou também para todos?42 Disse o Senhor: Quem é, pois, o mordomo fiel e prudente, a quem o senhor confiará os seus conservos para dar-lhes o sustento a seu tempo?43 Bem-aventurado aquele servo a quem seu senhor, quando vier, achar fazendo assim.44 Verdadeiramente, vos digo que lhe confiará todos os seus bens.45 Mas, se aquele servo disser consigo mesmo: Meu senhor tarda em vir, e passar a espancar os criados e as criadas, a comer, a beber e a embriagar-se,46 virá o senhor daquele servo, em dia em que não o espera e em hora que não sabe, e castigá-lo-á, lançando-lhe a sorte com os infiéis 47 Aquele servo, porém, que conheceu a vontade de seu senhor e não se aprontou, nem fez segundo a sua vontade será punido com muitos açoites.48 Aquele, porém, que não soube a vontade do seu senhor e fez coisas dignas de reprovação levará poucos açoites. Mas àquele a quem muito foi dado, muito lhe será exigido; e àquele a quem muito se confia, muito mais lhe pedirão".

Ali fala de açoites aos servos infiéis, aos descuidados; e fala de castigo a esses servos no mesmo lugar onde estarão os infiéis e incrédulos do mundo. Diz Hebreus 12:6: " porque o Senhor corrige a quem ama e açoita a todo filho a quem recebe". O Senhor jamais tem por servos aos que não lhe pertencem. O Senhor mesmo se submeteu ao Pai em tudo e se fez servo, e em qualidade de servo não se pôs a reclamar direitos e posições de privilégio. O Senhor se submeteu a sofrer a cruz sem que primasse sua própria vontade e sim a do Pai. O que corresponde a nós? Quais são os direitos que um crente deve reclamar? A respeito diz John Nelson Darby: "Crer que podemos manter nossos direitos neste mundo é esquecer a cruz de Cristo. Não podemos pensar em nossos direitos até que os Seus sejam reconhecidos, pois não temos outros que os Dele". (J.N. Darby. Estudo sobre o Livro de Apocalipse. La Bonne Semence, 1988, pág. 42.).

A Geena de fogo. Outros têm pecados não resolvidos; estes irão ao fogo temporariamente. O que é ter pecados não resolvidos? O Senhor Jesus morreu na cruz e derramou Seu sangue para perdoar todos nossos pecados passados, presentes e futuros, manifestos ou não; e o pecador tem um Advogado diante do Pai, a Jesus Cristo o Justo, e vence a Satanás por meio do sangue do Cordeiro. Estamos já justificados em Seu sangue (cfr. Romanos 5:9). Mas se podemos pecar intencional e continuamente, sem arrepender-nos; sem que recusemos nossos pecados; sem nem sequer tentar eliminá-los. O pecador deve reconhecer seu pecado e confessá-lo, apartar-se e restituir. O sermão do monte ilustra a respeito.
" 21 Ouvistes que foi dito aos antigos: Não matarás; e: Quem matar estará sujeito a julgamento.22 Eu, porém, vos digo que todo aquele que sem motivo se irar contra seu irmão estará sujeito a julgamento; e quem proferir um insulto a seu irmão estará sujeito a julgamento do tribunal; e quem lhe chamar: Tolo, estará sujeito ao inferno de fogo.23 Se, pois, ao trazeres ao altar a tua oferta, ali te lembrares de que teu irmão tem alguma coisa contra ti,24 deixa perante o altar a tua oferta, vai primeiro reconciliar-te com teu irmão; e, então, voltando, faze a tua oferta.25 Entra em acordo sem demora com o teu adversário, enquanto estás com ele a caminho, para que o adversário não te entregue ao juiz, o juiz, ao oficial de justiça, e sejas recolhido à prisão.26 Em verdade te digo que não sairás dali, enquanto não pagares o último centavo" (Mt. 5:21-26).

No contexto vemos três classes de juízos escalonados de acordo à gravidade do ato e mencionados conforme o transfundo judeu dos irmãos que nesse momento escutavam ao Senhor. O primeiro juízo se realiza na porta da cidade, onde se resolvem os assuntos menores (Ge. 19:1,9; Rt 4:1-6; 2 Sm. 15:1-6); o segundo juízo era no Sinédrio ou tribunal supremo dos judeus, e o terceiro é um juízo supremo, o de Deus, uma de cujas penas pode ser na Geena de fogo. A Geena é o mesmo lago de fogo. Se não te reconcilias com teu irmão agora, é possível que passes uma temporada larga no lago de fogo, até que pagues o último quadrante, até que teu coração seja limpo de todo ódio. Não vais sofrer a segunda morte, mas te tocará um tempo.Nós somos o povo do reino e temos um Rei que há de vir, e compareceremos diante de Seu tribunal. Um filho de Deus não necessariamente peca quando comete o ato, e sim quando em seu coração já tem a intenção, o desejo, a atitude. Se não vivemos a qualidade de vida espiritual que exige nossa condição de novas criaturas, já estamos em perda, estamos derrotados. O contexto nos diz que se trata de irmãos da Igreja. Diz nos versículos 29-30:

"29 Se o teu olho direito te faz tropeçar, arranca-o e lança-o de ti; pois te convém que se perca um dos teus membros, e não seja todo o teu corpo lançado no inferno.30 E, se a tua mão direita te faz tropeçar, corta-a e lança-a de ti; pois te convém que se perca um dos teus membros, e não vá todo o teu corpo para o inferno".
Se algo é muito atrativo para mim e me traz oportunidade de pecado, com ele ofendo a Deus e a outras pessoas, devo cortar com isso. Recomendamos também ler Mateus 10:28; 18:9; 23:15,33; Marcos 9:43,45,47; Lucas 12:5.

Cárcere. De acordo com a gravidade de nossa condição espiritual, assim seremos julgados quando vier o Senhor. Outros irão para o cárcere. Lemos em Mateus 5:24b-26:

" vai primeiro reconciliar-te com teu irmão; e, então, voltando, faze a tua oferta.25 Entra em acordo sem demora com o teu adversário, enquanto estás com ele a caminho, para que o adversário não te entregue ao juiz, o juiz, ao oficial de justiça, e sejas recolhido à prisão.26 Em verdade te digo que não sairás dali, enquanto não pagares o último centavo".

Aqui o caminho representa a era atual nesta terra, o juiz é Cristo e o meirinho é o anjo, e é possível que o cárcere seja o lago de fogo. Note que não se trata de condenação eterna; o servo vai sair do cárcere quando houver cumprido seu castigo, de acordo com a magnitude da falta.Diz Mateus 24:48-51:
" Mas, se aquele servo, sendo mau, disser consigo mesmo: Meu senhor demora-se,49 e passar a espancar os seus companheiros e a comer e beber com ébrios,50 virá o senhor daquele servo em dia em que não o espera e em hora que não sabe 51 e castigá-lo-á, lançando-lhe a sorte com os hipócritas; ali haverá choro e ranger de dentes ".

Observamos também que a Escritura nos revela aqui que o servo não é castigado eternamente, porém terá sua parte no mesmo lugar onde irão os hipócritas; é “somente” um castigo dispensacional. Observe que o servo é crente, é um santo, pois chama ao Senhor: "meu Senhor", mas se pôs a tratar mal aos irmãos na fé e a juntar-se com gente mundana e a participar no que o mundo participa.O cristão é julgado por sua obediência, por seu serviço, por sua fidelidade. O que caracteriza a um vencedor hoje? O cristão vencedor, mais que trabalhar, serve, porque o serviço genuíno envolve o amor, a disponibilidade, a compreensão, mas sobre tudo a obediência. O que trabalha sem amor, se vangloria, se envaidece. Quando Cristo tem a preeminência em tudo em nossa vida, lhe servimos com amor. Quando Cristo tem a preeminência em todas as tuas coisas, tanto nas experiências doces como nas amargas, és vencedor, porque Cristo é nossa vida. Um crente não chega a ser pobre no espírito, ou humilde ou amável, porque meramente lhe são propostas estas coisas; sem Cristo não podemos fazer nada bom. A carne não pode produzir algo meritório. Toda bondade carnal é hediondez para o Senhor. Não se trata de que Ele nos complete no que nos faz falta; se trata de Sua vida em nós. Por que és um vencedor? Porque te tens negado, já te consideras débil, tu já não vives; agora tua vida é Cristo, tua fortaleza é Ele, e Cristo é o que vence em ti. No momento em que começares a jactar-te (de poder espiritual, de tuas obras para o Senhor, por exemplo), e confiar em ti mesmo, começastes a ser um derrotado. Se és consciente de que és débil e que não podes esperar de ti nada bom, te consagras ao Senhor de maneira absoluta, pondo Nele toda a confiança e fé, e permitindo que seja o Senhor de toda tua vida e de teu andar. O que é negar a si mesmo? Leiamos uma magnífica, simples e eloqüente definição que nos proporciona o irmão Paul Cain:

"Mas o que significa morrer a ti mesmo? Um bloqueio ou interrupção do curso normal de tua vida pela intervenção de Deus, isso é morrer a ti mesmo. Quando todos te esquecem ou te descuidam, ou a propósito te colocam de lado, e tu não alimentas tua dor, nem permites ao insulto ou ao desprezo ferir teu interior, senão que pelo contrário, consideras uma honra o poder sofrer por Cristo, isso é morrer a ti mesmo. Quando ainda daquele que fazes bem é criticado, e teus desejos são contrariados, teu conselho desprezado e tua opinião ridicularizada, e entretanto assim tu te recusas a deixar subir a ira a teu coração e não tomas nenhuma iniciativa para defender-te, senão que aceitas tudo com paciência e amor, isso é morrer a ti mesmo. Quando nunca fazes questão de ser citado ou reconhecido por outros, ou de divulgar tuas boas obras, senão que verdadeiramente tens prazer em ser desconhecido, isso é morrer a ti mesmo. Quando vês a teu irmão prosperar e que suas necessidades sejam supridas, e tu podes honestamente regozijar-te com ele no espírito, sem sentir inveja, nem questionar a Deus, apesar de ter tuas necessidades muito maiores que as dele e estar em circunstâncias muito mais desesperantes, isso é morrer a ti mesmo. Quando podes receber correção e repreensão de pessoas que tem uma estatura e maturidade menor que a tua, e podes submeter-te humildemente por dentro e não tão somente por fora, sem que surja ressentimento nem amargura em teu coração, isso é morrer a ti mesmo". (Paul Cain. Alerta para la Iglesia. Mensaje en Kansas, USA, diciembre./98.).

Irmãos em Cristo Jesus.

Irmãos em Cristo Jesus.
Mt 5:14 "Vós sois a luz do mundo"